Drones gallegos de inspecciones técnicas revolucionan los parques eólicos de México, Chile y Brasil

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Aerocamaras ha desarrollado una tecnología de aeronaves no tripuladas que agiliza y abarata el mantenimiento de infraestructuras energéticas

La creciente demanda energética ha llevado a muchos países a reforzar sus fuentes de energía renovables apostando por drones para mejorar el mantenimiento de las infraestructuras. Debido a esta necesidad tecnológica, la compañía española de referencia en formación y operaciones con aeronaves no tripuladas, Aerocamaras, ha desarrollado un sistema de inspecciones técnicas de parques eólicos con drones con el que ya operan tanto a nivel nacional como internacional, destacando su presencia en Latinoamérica.
Concretamente, los drones de la firma gallega sobrevuelan parques eólicos de Portugal, Italia y México y, en los próximos meses, comenzarán a operar en Puerto Rico, Chile y Brasil. Estos servicios, que son ejecutados por pilotos profesionales certificados de Aerocamaras representan una tecnología que aspira a ser esencial en el mantenimiento de infraestructuras de todo el mundo y que ya ha sido puesta en práctica en España.
Las ventajas que aportan las inspecciones técnicas con drones al sector energético son múltiples. Los multirrotores permiten la comprobación del estado de las estructuras de una manera eficaz y segura además de detectar averías con rapidez y descartar falsas alertas sin necesidad de que los empleados se expongan a peligros innecesarios. El sistema permite abaratar costes a la par que se inspeccionan grandes superficies en tiempo récord, facilitando el acceso a zonas complicadas y detallando el estado de la estructura gracias a las diferentes clases de mediciones.
La autonomía de los drones de Aerocamaras facilitan el trabajo en parques eólicos al poder subir a grandes alturas y revisar torres, góndolas y palas, alcanzando resultados más eficaces que los medios tradicionales. Hasta ahora, la inspección y el mantenimiento de turbinas eólicas se ha realizado con grúas y plataformas hidráulicas, así como con cuerda y andamiaje para escalar las estructuras que requerían asumir unos tiempos y riesgos elevados que se reducen con el uso de aeronaves no tripuladas.
La diferencia con los medios clásicos es palpable: utilizando drones, cada pala se inspecciona en aproximadamente 10 minutos, implicando la inspección total (pudiendo hacerla solamente una persona) y precisa de la estructura un máximo de 40 minutos, mientras que la inspección tradicional se realiza o con cámaras desde tierra aportando mala calidad o con descuelgues por las palas, lo que implica riesgos laborales además de mucho personal e infraestructura.
En las operaciones se utilizan drones de grado industrial que soportan fuertes ráfagas de viento e inclemencias climatológicas, combinado con sensores LiDAR, RGB y térmicos que permiten detectar desperfectos en las palas, torres o góndolas con grabaciones en alta resolución y termográficas. Con estas cámaras detectan todo tipo de anomalías con rapidez y precisión, lo que agiliza la reparación de posibles averías.
Jaime Pereira, CEO de Aerocamaras, destaca: “El mantenimiento tradicional de las infraestructuras que garantizan energía razonable tiene unos costes y un grado de dificultad muy elevados. El sector pedía a gritos un cambio y los drones se han destapado como la solución. Por ello numerosos parques eólicos de diferentes puntos del mundo se han interesados por los servicios que pueden aportar nuestras aeronaves y se han puesto en contacto con nosotros. Ahora ya comprueban en primera persona los resultados mientras Aerocamaras extiende su marca a nivel internacional”.

Arriba, imagen cortesía de Aerocamaras

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