“La tecnología 6G permitirá tener cobertura en medio del océano o en lo alto de una montaña”

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Daniel Camps, director del área de investigación en redes inhalámbricas de la Fundación i2CAT, asegura que la primera versión del 6G estará disponible en 2030, pero pronostica que su despliegue completo tardará aún algunos años más

Les redes de comunicación por satélite serán claves en el despliegue de la tecnología 6G y permitirán aumentar la ubicuidad en el acceso a Internet, dando servicio a muchas más personas y en zonas cada vez más remotas. Así lo pronosticó Daniel Camps, director del área de investigación en redes inalámbricas de la Fundación i2CAT. Según el experto, la reducción del coste para la puesta en órbita de satélites abrirá un nuevo abanico de oportunidades para la sexta generación de telecomunicaciones móviles y traerá nuevos casos de uso y servicios potenciales. “Con el 5G, las antenas que permiten el acceso a Internet están en los terrados de las ciudades o en los altos de montaña de las zonas rurales. Con el 6G, la infraestructura se amplía gracias a la puesta en órbita de satélites de órbita baja. Esto cambiará completamente la arquitectura porque el elemento móvil de la red ya no son solo los terminales, sino las propias antenas. Y esto garantizará una conectividad mucho más amplia y nuevos servicios que hoy en día no son posibles con el 5G”, afirma Camps.
El experto asegura que la primera versión estandarizada del 6G estará disponible entre los años 2029 y 2030, pero considera que su despliegue completo por parte de los operadores de telefonía móvil tardará aún unos años más debido al coste elevado que supone la incorporación de nueva infraestructura. “Uno de los factores principales que estamos trabajando en el ámbito de la investigación para el diseño del 6G es que sea fácil de desplegar y eso implica que esta nueva generación de redes móviles se trabaje, sobre todo, desde el ámbito del software. Creo que empezaremos a ver las primeras funciones de software del 6G a partir de 2030”, asegura.

Impacto del 6G en el sector industrial
El foco en la transformación de los diferentes sectores industriales será una de las prioridades de la tecnología 6G, como ya pasó en su momento con el 5G. En este sentido, Daniel Camps considera que el 5G no ha logrado los hitos que se había planteado porque eran demasiado ambiciosos.
El experto explica que, en el caso del 6G, el impacto principal en la industria tendrá que ver con la ubicuidad que ofrecerán las redes por satélite y que habilitarán nuevos servicios, por ejemplo, para el sector logístico o el sector agrario. Un segundo impacto estará relacionado con el hecho de que diferentes servicios industriales podrán interactuar de manera mucho más dinámica y solicitar prioridades a la red de manera personalizada. El último impacto del 6G que destaca el experto tendrá que ver con la capacidad en el enlace de subida de las redes de telecomunicaciones. “Las redes 5G están pensadas para las personas consumidoras, que utilizamos teléfonos inteligentes y que lo que hacemos, sobre todo, es visualizar vídeos. Esto implica un tráfico de datos de bajada hacia nuestros terminales. En sectores industriales, la mayoría de los casos de uso funcionan al revés .Tenemos cámaras, robots y sensores en la planta industrial que quieren lanzar datos hacia arriba para, después, poder adoptar decisiones más precisas. Y, hoy en día, el 5G no ofrece suficiente capacidad en este enlace de subida hacia arriba. El 6G ha de poder encontrar soluciones para aumentar esta capacidad de subir datos sin impactar o restar capacidad al enlace de bajada, que es el que las personas consumidoras seguiremos utilizando”, explica Camps.

Redes más sostenibles
Otra prioridad en el diseño de la nueva generación de redes de comunicación móviles es la sostenibilidad. En el ámbito de la investigación se está trabajando para garantizar que esta tecnología reduzca notablemente su consumo energético respecto a los sistemas actuales. “Los amplificadores de las antenas 4G y 5G actuales son responsables de cerca del 70% del consumo de energía de la red móvil. El problema es que estos amplificadores están siempre encendidos para garantizar un servicio continuo. El reto pasa por conseguir que estos amplificadores se puedan encender y apagar en función de las necesidades de las personas usuarias y, aquí, la inteligencia artificial nos ayudará a conseguir esta adaptabilidad de la red”, explica Dani Camps.
Según el experto, la tecnología 6G permitirá, al mismo tiempo, que otros sectores puedan avanzar en materia de sostenibilidad y pone como ejemplo el modelo de movilidad eléctrica. “La adopción masiva de coches eléctrics implicará una sobrecarga de la red de distribución eléctrica que obligará a identificar la demanda necesaria en cada uno de los puntos de esa red para adaptar las estrategias de distribución de manera dinámica. El 6G nos permitirá sensorizar masivamente la red de distribución para que, cuando tengamos picos de demanda, ésta pueda distribuir la energía de manera más eficiente”, ejemplifica.

Servicios innovadores
El 6G traerá nuevos servicios que, en la actualidad, son difíciles de predecir pero que podrían tener un impacto directo en nuestras vidas a corto y medio plazo. En el ámbito de la investigación se esperan avances importantes, por ejemplo, en el desarrollo del metarverso o de la denominada movilidad autónoma y conectada. Los coches autónomos estarán dotados de sistemas de mensajería vehicular para facilitar la comunicación entre vehículos y con la infraestructura, con el objetivo de conseguir una movilidad más eficiente, segura y sostenible. “El 6G permitirá que un coche pueda predecir la colisión con otro vehículo, negociar la manera en que se incorpora en una autovía o avanzar un encuentro con una persona usuaria vulnerable. La tecnología también mejorará la gestión del tráfico, por ejemplo, en vías de alta velocidad. En el caso de un accidente, gracias a los algoritmos y al despliegue de simuladores, se podrán enviar indicaciones a una ambulancia para que llegue al lugar del siniestro lo más rápido posible”, explica.

Arriba, en la foto, Daniel Camps, director del área de investigación en redes inhalámbricas de la Fundación i2CAT / imagen cortesía de la Fundación i2CAT

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